¿Qué le pasó al vecino del norte?


En boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso.
 
 
 
          Hasta el día de hoy no se han cerrado los temas pendientes por definir equitativamente entre las tres naciones que estamos inmersas en el Tratado de Libre comercio (TLC). El punto principal es la mala disposición por parte del gobierno de Estados Unidos a no negociar los temas, sino a plantear políticas unilaterales y así no se cerrarán los pocos pendientes muy importantes que quedan. Ahora insisten en que se está preparando un arancel (impuesto) más alto para el aluminio y el acero provenientes del extranjero y que ingresa a la Unión Americana. Cuando se llega a un acuerdo en otros temas como el agropecuario, el energético, etc. un nuevo bloqueo plantean. Es difícil negociar con quien no muestra disposición positiva.

            Nunca se había tenido un rechazo a nuestro  país de esta dimensión por parte de Estados Unidos desde hace siglo y medio y lo más grave es que en esa nación los hispanoparlantes somos la primer minoría. La generación de riqueza de este gran sector de la población, representa también un gran consumo en el mercado norteamericano y aporta parte importante a su Producto Interno Bruto (PIB). En días pasados, el presidente de ese país Donald Trump, dio a conocer la intención de aumentar los aranceles de importación de acero a un 25% y de aluminio a un 10%. Esto, parece ser una compensación a la baja de impuestos que se dio en esa nación y así estimular la industria interna.

            A cada momento aparecen nuevas trabas y cambios en la posición de Estados Unidos frente a una terminación en buenas condiciones para el TLC que ya se encuentra actualmente en una séptima y difícil ronda de negociaciones. La posible oportunidad que tienen Canadá y México de no entrar en este nuevo arancel, es, si firman un nuevo acuerdo del TLC con condiciones impuestas por Estados Unidos. Trump insiste que este tratado fue un desastre para los empleos en Estados Unidos, sin tomar en cuenta que la comercialización de bienes y servicios en este Tratado creció en un 400% durante los 24 años que lleva este convenio. No cabe duda, fue benéfico para todos.

           Tal ha sido la molestia de nuestro vecino del norte con el TLC (y en especial con México) que crítica a Canadá por el trato que ese país da sus agricultores y para México insiste que la drogadicción que se da en millones de norteamericanos, es responsabilidad nuestra. Nunca mencionó que por la misma frontera que está bloqueando, ingresan a nuestro país miles de millones de dólares en productos manufacturados en USA, ni pronunció ingresos que deja el turismo mexicano a esa nación. Por supuesto que nunca reconocerá las miles de armas que anualmente ingresan a México provenientes de ese país.

             Existen distintos puntos de vista para esta situación de agresión comercial y racista. Hay quien propone terminar el TLC. Quien sugiere no revisar ni impedir el paso de droga por nuestras fronteras a Estados Unidos y así otras opiniones más. Creo que el TLC sí nos conviene a todos y vale la pena abrir otra puerta de negociación con la Cámara  de Representantes y el Senado Norteamericano para explicar las bondades de esta negociación y reestablecer la buena vecindad de siempre que lamentablemente se ha deteriorado durante el último año. Con los brazos cruzados no haremos algo. ¡A solucionar!

 

P.D. Corrupción y soberbia son enfermedades del corazón. Papa Francisco.

 “CONSUMA LO HECHO EN MÉXICO Y ESTARÁ DANDO TRABAJO A MEXICANOS “
¡México es primero!

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