La verdadera independencia debe ser una mejoría en la calidad de vida de los mexicanos.
Cuantas injusticias y maldades se cometen por mera costumbre. Terencio.
En días pasados,
celebramos con júbilo en México un año más del inicio de la lucha por la independencia
de los conquistadores. Ahora, 208 años después, todavía no recibe la mayoría de
los mexicanos un beneficio real y equivalente a ser dueños de esta tierra
maravillosa, llamada México. Nuestro país es la economía número 11 en
producción ajustada por paridad al poder adquisitivo, el décimo cuarto país en
extensión, con una población de 130 millones de personas y con todo esto, no
tiene aún la infraestructura adecuada a su magnitud y necesidades. Con
registros del Foro Económico Mundial (WEF), México ocupa el lugar 71 de 137
países en calidad de infraestructura, a pesar de lo que se comunica por la SCT
Federal que se supone se invirtió durante los últimos sexenios en este
importante concepto. El ferroviario ocupa el lugar 65 y en lo relativo a
aeropuertos el lugar 67. Poco ha mejorado la infraestructura en el país y en
algunos renglones existe retroceso.
Es claro que a pesar de la
publicidad en esta administración pública, se castigó su inversión como
porcentaje del PIB y se incrementó el gasto corriente (sueldos y prestaciones).
Dos grandes proyectos de infraestructura se dieron en este sexenio: El Nuevo
Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y el tren a Toluca, donde su
evaluación financiera y su ruta han sido muy cuestionadas, pasa en su trayecto
este tren por el Aeropuerto y no señala parada en ese punto. El NAIM, tiene dos
cuestionamientos: la ubicación geográfica en el vaso del Lago de Texcoco y el
incremento de casi el 100% en su cotización de obra en solo 4 años. Increíble
que se presenten estos hechos cuando México requiere infraestructura para su
desarrollo económico y social. Durante el 2017, la terminal 1 y la terminal 2
dieron servicio a 44.2 millones de pasajeros, la mitad de ellos, de vuelos
nacionales y se estima que para este 2018 esta cifra se incremente a 47.3
millones en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez. Un difícil tema.
El proyecto del NAIM contempla
una capacidad de servicio para más de 70 millones de pasajeros. El punto
sensible es mejorar los servicios en este, como: traslados fáciles, conexiones
expeditas, manejo de equipaje y carga rápida y confiable, entre otros puntos.
El tema de discusión ahora es la alternativa del Aeropuerto Militar de Santa
Lucía con una alta inversión cuestionada o de plano se termina el nuevo.
El proyecto del Tren Maya, que
inicia inicialmente arrancó con 900 kms, ahora se habla de 1,500 con un costo
estimado de 150 mil millones de pesos y un posible uso de tres millones de
pasajeros anualmente. Una nación que tiene la urgencia de generar empleos y
riqueza, requiere de un soporte para ello, y esta se llama infraestructura, la
cual debe ser eficiente y económica en su inversión inicial y en su mantenimiento,
para que realmente detone la inversión y el crecimiento económico. El hacer
bien la responsabilidad que conlleva el manejo del dinero público, eso, es la
verdadera independencia, no solo acordarnos y festejarla en este mes
patrio. Debe de ser los 365 días del
año, como la añorada democracia. La calidad de vida de la persona la genera el
trabajo y este se facilita con una buena infraestructura física y humana.
P.D. Los brutos son ingratos con los
hombres. Caleb.
“CONSUMA LO HECHO EN
MÉXICO Y ESTARÁ DANDO TRABAJO A MEXICANOS “
¡México
es primero!
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