Nuevo Aeropuerto Internacional de México.
Integridad: Hacer lo correcto cuando nadie te está mirando.
Durante esta semana, del
25 al 28 de octubre, se llevará a cabo la consulta pública en todo el país, respecto
a la ubicación del nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). Dicha
consulta pública tiene una característica especial y esta se refiere a que pocas
personas, empresas e instituciones educativas tienen la capacidad técnica de
valorar el aeropuerto en cuestión. Tienen que presentar estudios de
factibilidad con todos sus requisitos (mecánica de suelos, impacto ambiental,
impacto vial, etc.). Estudio de rentabilidad a la inversión inicial y evitar
así “ajustes a modo” posteriores. No está sencilla la participación en la
consulta de una inversión tan importante y lo que representa en infraestructura
para el país y beneficio para el turismo, negocios, movilidad, etc.
Los aeropuertos en cuestión son:
Aeropuerto Internacional de la CDMX Benito Juárez, Aeropuerto Militar Santa
Lucía, y el NAIM. Los dos primeros con buen funcionamiento ya que el reporte
del Benito Juárez es la recepción y operación a 43 millones de personas durante
el 2017 y para este año se esperan 47 millones de usuarios. EL Santa Lucía
tiene una menor capacidad y sus operaciones no son públicas. Para el NAIM se
proyecta una capacidad de movilidad en pasajeros superior a los 70 millones al
año. El Benito Juárez tiene un límite de 60 millones y con adecuaciones se
incrementa el número de servicios. El Santa Lucía es menor y ya se tiene un
presupuesto muy razonable para que pueda entrar en operación la aviación civil.
Un aeropuerto con mayor capacidad de tráfico
aéreo de personas y carga es una obra fundamental de infraestructura para el
país. Sin embargo, el primer mensaje que dio el presidente electo de México,
AMLO, durante su campaña política, dejó bien claro que lo primero en calificar
sería el presupuesto del NAIM ya que este cálculo en 2014 ascendió a $168 mil
millones de pesos (MMDP) y para este 2018, se elevó la misma obra a más de 285
MMDP, es decir casi el 70% en cuatro años, mientras los costos para la industria
de la construcción, incluyendo la mano de obra están en el rango del 35% en el
mismo lapso de tiempo. Se está hablando de muchas decenas de MMDP que
aparentemente no tienen justificación. La experiencia es muy mala, y como
ejemplo está el “socavón” de Cuernavaca, donde la empresa ganadora y constructora
de la obra la “ganó” con 930 MDP (datos no oficiales) y con las notas
aparecidas en la prensa se le pagó cerca de 2 MMDP ¡Más del doble! Todos estos
casos de sobreprecios quitan recursos para la construcción de hospitales,
viviendas, escuelas, carreteras públicas, etc. que es lo que México realmente
necesita. Todo, a costos reales y honestos
La infraestructura es indispensable
en cualquier país, siempre y cuando quede fuera la corrupción. También hay que
cuidar que este proyecto no afecte el medio ecológico (mantos acuíferos). El
avance de la obra está en un 31%. La consulta pública se llevará a cabo en 527
municipios y estará coordinada por la Fundación Arturo Rosenblueth. Posteriormente,
se llevarán a cabo mesas de trabajo donde se tratarán el tema ecológico y el
impacto urbano. El punto principal que le “brinca” al presidente electo y a
todos los ciudadanos en México, son los contratos otorgados y sus costos, pues
como dice el refrán “La mula no era arisca, la hicieron”.
P.D. Los únicos que te dicen la verdad, se llaman:
Tiempo y destino.
“CONSUMA LO HECHO EN
MÉXICO Y ESTARÁ DANDO TRABAJO A MEXICANOS “
¡México
es primero!
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