Si no hay educación, no hay desarrollo (Segunda y última parte)



¿Qué otro regalo más grande y mejor se le puede ofrecer a la República que la educación de nuestros jóvenes? Marco Tulio Cicerón.



             Durante el pasado mes de septiembre, se publicó el informe “Panorama de la Educación 2018”, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. (OCDE). Este reporte Anual, presenta los resultados y avances de la educación en el mundo y de ahí tomaré lo referente a México. Nuestro país es quien mayor porcentaje del gasto público total dedicó a la educación durante el año 2015, con un 17% y durante los años 2010 y 2016, su promedio fue del 16%. Aun así, no ha sido suficiente para aumentar la media educativa obligatoria.

               El gasto en México hacia la educación representa un 4.3% del PIB, una cifra similar al promedio de los países de la OCDE, del 4.2%. Sin embargo, los resultados obtenidos son muy diferentes. En este informe, se indica la proporción de personas que NO se graduó de preparatoria o bachillerato y es del 52%, la más alta de los países de la OCDE donde la media es del 15%. Respecto a terminar los estudios de educación secundaria, sigue siendo un reto por diversos factores para los estudiantes mexicanos: 14% de los jóvenes de ese nivel educativo, repitieron al menos un grado y la comparación con la OCDE es muy distante ya que solo registra un 4% de promedio en esta tabla comparativa. Con estas cifras, no sorprende el bajo desempeño de nuestro país en la última prueba PISA.

                Con datos de la OCDE, publicados en el 2016, México se ubicó por debajo del promedio en las materias académicas de ciencias, lectura y matemáticas, donde se ubica en la posición 58, 55 y 56 respectivamente, de 72 países calificados. La relevancia de la educación en la vida de las personas es indispensable. Sin ella, quedan fuera de las oportunidades a las que pueden tener acceso y es una herramienta para combatir la desigualdad y la pobreza. Los medios y planes de educación están cambiando sustancialmente y México tiene que utilizarlos para poder ser competitivos en la economía global de este siglo XXI. No solo es la educación tecnológica, es también la educación moral la que tenemos que mejorar. No es gastar más dinero en la educación, sino, gastar en una mejor educación que sea benéfica al país a corto, mediano y largo plazo. La educación es la base del desarrollo social y económico de las personas y consecuentemente de las naciones.



P.D. Abramos escuelas y se cerrarán cárceles. C. Arenal.



“CONSUMA LO HECHO EN MÉXICO Y ESTARÁ DANDO TRABAJO A MEXICANOS “
¡México es primero!  

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